
Premisas del Enfoque Sistemico
Una de las premisas fundamentales del enfoque sistémico es que los elementos de un sistema están profundamente interrelacionados, lo que implica que ninguna parte puede entenderse de manera aislada. Según esta visión, cada componente del sistema interactúa y depende de otros, generando un entramado complejo de relaciones que afecta al sistema en su conjunto. Rodríguez (2016) enfatiza que "cada elemento de un sistema afecta y es afectado por otros componentes, y este intercambio continuo de influencias determina el funcionamiento y el equilibrio del sistema en su totalidad" (p. 14). Esta idea refleja cómo en un sistema familiar, por ejemplo, el comportamiento de un individuo puede tener un impacto significativo en los demás miembros, y viceversa, generando un ciclo de influencias recíprocas.
Premisa 2
Otro principio elemental es que el sistema no se comprende solo a partir de la suma de sus partes. En lugar de eso, el sistema posee características propias, conocidas como propiedades emergentes, que surgen de la interacción de sus componentes y no pueden explicarse únicamente desde una visión fragmentada. Vital, Moreno, Hernández y Bustos (2015) señalan que "el sistema tiene propiedades que no son atribuibles a sus componentes individuales; estas propiedades emergen de la interacción y organización de sus partes, y su comprensión solo es posible desde una perspectiva que abarque el todo" (p. 37). Por ejemplo, en un sistema social, como una organización, la cultura organizacional emerge de las interacciones entre empleados, líderes y las normas institucionales, lo cual no puede entenderse únicamente observando a cada individuo de manera aislada.
Premisa 3
En el enfoque sistémico, la retroalimentación es un concepto esencial. La retroalimentación puede ser positiva o negativa y sirve para mantener el equilibrio o generar cambios en el sistema. Esta idea de circularidad sugiere que en lugar de una relación lineal de causa y efecto, los elementos del sistema influyen de manera continua y recíproca. Vital, Moreno, Hernández y Bustos (2015) explican que "la retroalimentación permite a los sistemas autorregularse y adaptarse a las variaciones internas y externas, siendo la retroalimentación negativa un mecanismo estabilizador, mientras que la positiva promueve el cambio" (p. 49). En contextos psicológicos, como en una terapia familiar, esta retroalimentación permite observar cómo ciertos patrones de comportamiento generan respuestas que perpetúan el problema o, en algunos casos, lo resuelven.

Premisa 4
El enfoque sistémico promueve una visión holística del comportamiento, lo cual implica que para comprender una conducta particular, es necesario considerar todos los elementos que la rodean y su contexto. Según Rodríguez (2016), "una comprensión genuina del comportamiento en un sistema requiere analizar no solo al individuo, sino también las relaciones y el contexto en el que se desenvuelve, ya que el sistema tiene un impacto fundamental en la formación de sus conductas" (pág. 17). Esto significa que en un contexto familiar, para entender el comportamiento de un niño, no solo se analiza al niño, sino también las relaciones familiares, el entorno social y otros factores que puedan estar influyendo.
Premisa 5
En el enfoque sistémico, el principio de equifinalidad establece que diferentes sistemas pueden llegar a un mismo estado final aunque partan de condiciones iniciales distintas o sigan caminos diversos. Esto significa que, en un sistema, el resultado no depende únicamente de las condiciones iniciales, sino de la dinámica y los procesos internos del sistema. Vital, Moreno, Hernández y Bustos (2015) explican que "la equifinalidad implica que un mismo resultado puede lograrse mediante diversas vías, destacando la flexibilidad de los sistemas para adaptarse y alcanzar sus metas, independientemente de las variaciones en las circunstancias iniciales" (p. 41). Por ejemplo, en una terapia familiar, diferentes métodos terapéuticos pueden conducir a un mismo objetivo de resolución de conflictos, independientemente del punto de partida de la familia o de la técnica empleada..


Premisa 6
El enfoque sistémico propone que los fenómenos dentro de un sistema no tienen una causa única; en cambio, estos fenómenos son el resultado de múltiples factores que interactúan entre sí. Esto significa que, al analizar un problema en un sistema, se considera una serie de variables y no una única causa. Rodríguez (2016) señala que "la multicausalidad sugiere que los eventos y comportamientos dentro de un sistema están determinados por una combinación de factores interrelacionados, lo que implica que la búsqueda de una única causa es insuficiente para comprender la complejidad del sistema" (p. 20). Este principio es particularmente relevante en el ámbito de la psicología clínica, donde los trastornos pueden ser el resultado de la interacción entre factores biológicos, psicológicos y sociales.
Premisa 7
Dos conceptos clave en el enfoque sistémico son la homeostasis y la morfogénesis, los cuales describen cómo un sistema maneja el equilibrio y el cambio. La homeostasis se refiere a la tendencia del sistema a mantener la estabilidad mediante la autorregulación, mientras que la morfogénesis es la capacidad del sistema para cambiar y adaptarse en respuesta a estímulos internos o externos. Vital, Moreno, Hernández y Bustos (2015) afirman que "la homeostasis es esencial para preservar el equilibrio del sistema, pero la morfogénesis permite la adaptación y evolución frente a los cambios, logrando así un equilibrio entre estabilidad y flexibilidad" (p. 47). En un contexto familiar, por ejemplo, la homeostasis podría mantener patrones de interacción estables, mientras que la morfogénesis permite cambios en la estructura y roles de la familia a lo largo del tiempo, como en el caso del crecimiento de los hijos y la independencia.
Premisa 8
El enfoque sistémico reconoce que un sistema complejo, como una familia o una organización, se compone de varios niveles o subsistemas, cada uno de los cuales cumple funciones específicas dentro del sistema global. Estos subsistemas interactúan y pueden influenciarse mutuamente. Rodríguez (2016) menciona que "los niveles y subsistemas permiten una organización y distribución de funciones dentro del sistema, de modo que cada subsistema contribuye a la dinámica global, y los conflictos o cambios en uno pueden afectar a otros" (p. 23) . En psicología, este principio se aplica cuando se analizan las relaciones entre los diferentes miembros de una familia o entre departamentos en una empresa.

Premisa 9
Aunque este enfoque tiene varios principios, otro de sus principales es la influencia del contexto y del ambiente sobre el sistema. Esto significa que los sistemas no existen en aislamiento, sino que interactúan constantemente con su entorno, adaptándose o resistiendo según sus características. Vital, Moreno, Hernández y Bustos (2015) explican que "el ambiente externo actúa como un estímulo que puede generar respuestas adaptativas en el sistema, y la interacción entre el sistema y su contexto es esencial para comprender su funcionamiento y desarrollo" (p. 53). En psicología, este concepto se observa en cómo los factores ambientales, como la cultura, el entorno social y los recursos económicos, influyen en el desarrollo individual y colectivo.


Premisa 10
Finalmente, el enfoque sistémico resalta la importancia de la capacidad de adaptación de los sistemas frente a los cambios. Un sistema que no se adapta tiende a la desintegración, mientras que aquellos con flexibilidad suficiente para ajustarse a nuevas circunstancias pueden evolucionar y mantener su cohesión. Vital, Moreno, Hernández y Bustos (2015) indican que "la adaptabilidad es crucial para la supervivencia de los sistemas, ya que aquellos que carecen de flexibilidad se vuelven vulnerables a los cambios del entorno y pueden fragmentarse o colapsar" (p. 54). En psicología, este concepto se aplica tanto a sistemas biológicos como sociales; por ejemplo, una familia que se adapta frente a una crisis (como el desempleo de uno de sus miembros) tiende a generar resiliencia y fortaleza, mientras que una familia que no puede adaptarse podría experimentar conflictos graves.